18 diciembre 2011

Colantonio

En el acto de presentación de la Semana Larga de Santa Luz, Justo Barboza Colantonio explicó a los asistentes la historia de su antepasado, el famoso pintor Niccolò Antonio Colantonio.
Adjuntamos las imágenes de los cuadros que expuso, homenaje a sus tres sobrinos Flavio, Pietro y Claudio.
HUELLAS DE MIS PARIENTES ARTISTAS DE SANTA LUZ
Ante el creciente reconocimiento de Santa Luz en las latitudes culturales europeas, sería por mi parte insensato no declarar y proclamar orgullosamente que mis ascendientes Colantonio nacieron a la misma luz que Santa Luz, y que luego tuvieron especial incidencia en el desarrollo artístico europeo.
En primer lugar me referiré al pintor Colantonio, santalucense de adopción en sus últimos años, que tuvo una especial presencia dorada en Italia entre los años 1440 y 1470, trascendiendo las fronteras de Santa Luz y llegando a ser un pintor muy valorado en Nápoles. Se le recuerda también por haber sido uno de los que formó a Antonello da Messina. Y por ser uno de los primeros artistas en Italia meridional en aprender las técnicas flamencas de la pintura al aceite.
Se le atribuye también haber enseñado a Pedro Berruguete, así como haberse desplazado a España, para trabajar en los frescos de la Capilla de San Blas de la Catedral de Toledo y en otros proyectos en Valencia.
Al final de sus días, cuando conoce que los judíos expulsados por los Reyes Católicos se han instalado al sur de Nápoles, traslada allí los restos de su taller e intenta enseñar su técnica. Se desconoce la fecha de su muerte, pero se piensa que ésta se produjo en La Costa (Santa Luz).
Desesperado por carecer de la ascendencia clásica que todo argentino ambiciona (nos priva ser descen­dientes de “vascos-franceses”) al descubrir a un Colantonio como autor del cuadro “Crucifixión” en la colección Thyssen Bornemizza, me dediqué a indagar la existencia de ese apellido en Italia, ya que es mi segundo apellido, o sea el de mi abuelo materno Nóbile Colantonio, que trabajó en Argentina a fines del siglo XIX como maestro de banda. Mi profesión de pintor me hizo presentir alguna relación -o “unción”-  especial entre la determinante artística musical y el pincel prodigioso del Colantonio de Santa Luz.
La pista la obtuve en http://www.google.es buscando el nombre Pietro Colantonio, hijo mayor de mi abuelo, que no viajó a Sudamérica porque prefirió quedarse en Santa Luz ya que su fama de trombonista sin par les aseguraría, a él, a su hijo Pietro y a sus nietos, un futuro promisorio con sus respectivos trombones. Estos últimos, trombonistas, son mis sobrinos Pietro, Flavio y Claudio, a quienes dichosamente pude abrazar en Santa Luz y comprobar el portentoso talento heredado del trombonista Pietro Colantonio, mi tío abuelo, no olviden. Se cuenta en la comarca que aún resuenan ecos de su potente sonoridad en el ir y venir de los vientos del Mediterráneo
En homenaje a estos tres últimos trombonistas de apellido Colantonio, mis sobrinos, y oriundos de Santa Luz diseñé un trombón de tres boquillas para que sea ejecutado por mis tres sobrinos Colantonio a la vez.  Hace 20 años que espero de ellos alguna manifestación de agradecimiento.
Sin desaliento y empeñado en continuar con cierta vocación de diseñador de instrumentos musicales, estoy proyectando un guitarrón que tiene la virtud de funcionar como una construcción abstractizada moderna, algo cubista por cierto, y como instrumento apto para practicar tormentos medioevales.
Justo D. Barboza Colantonio
Fue muy aplaudido.

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